Capítulo 92
El asistente respondió de manera evasiva a la serie de preguntas de Marcos: —Lo siento, señor Gustavo, no estoy autorizado para hablar de los asuntos personales del jefe Alonso.
Su actitud cortés le dio a Marcos una falsa impresión.
Él seguía convencido de que, con una postura tan firme, lograría por fin obtener la colaboración con el Consorcio Épsilon.
Con aire altivo, insistió. —Ya que los asuntos personales no se pueden responder, entonces los asuntos oficiales sí deben aclararse, ¿no es así? Ustedes no pueden actuar a su antojo. Anoche me notificaron que Aurora Cibernética sería la parte que colaboraría en este proyecto, y ahora, en solo una noche, me informan de un cambio tan drástico. Eso no lo puedo aceptar.
El asistente, siempre con la misma cortesía, contestó de nuevo con evasivas: —Lo lamento, estas son decisiones de los superiores. Yo no participo en ellas, yo solo me encargo de notificarlas.
Aquella respuesta hizo que Marcos estallara en cólera.
Enfurecido Volcó la taza que

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