Capítulo 1083
Samuel y Camila al fin lograron su final feliz, y Raquel no pudo evitar llorar.
Su mejor amiga, por fin, por fin se casaba con el hombre que más amaba.
Con los ojos llenos de lágrimas, Raquel aplaudió con fuerza.
En ese momento, una mano se extendió hacia ella, ofreciéndole un pañuelo.
Raquel bajó la mirada: una mano envuelta en la manga impecable de una camisa blanca, con dedos elegantes y atractivos; en su muñeca brillaba un reloj de alta gama. Sostenía el pañuelo y se lo ofrecía.
Raquel alzó la mirada y vio a Alberto.
Alberto había estado a su lado todo el tiempo; al verla llorar, le tendió el pañuelo.
En realidad, Raquel y Alberto llevaban varios días sin verse. Él había sido alcanzado por la larva venenosa que devora el corazón; no podía acercarse a ella. Cada vez que lo intentaba, sentía un dolor insoportable.
Por esa misma razón, Alberto y Ana habían decidido casarse.
La boda de ellos llevaba mucho tiempo preparándose, pero, a pesar de todo, aún no se había concretado. En cambio

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