Webfic
Buka aplikasi Webfix untuk membaca lebih banyak konten yang luar biasa

Capítulo 1089

Él seguía insistiendo en llevarla a casa. Raquel extendió la mano y lo abrazó. Alberto la estrechó con tanta fuerza que parecía querer fundirla en sus huesos, como si así pudiera no volver a separarse nunca más de ella. Pero, aun así, tenían que separarse. Ella no podía irse con él a casa. Él podía ignorar su propio cuerpo para venir a buscarla, pero ella no podía simplemente quedarse mirando cómo él se hundía cada vez más. Raquel dijo: —¡Alberto, me voy! Soltó sus brazos, abrió la puerta del vehículo, bajó y se marchó. —¡Raquelita! —la llamó Alberto. También bajó del automóvil y gritó su nombre. Pero no se detuvo. Se alejó sin mirar atrás. Alberto arrugó la cara y, abatido, se apoyó contra la carrocería del auto. Sacó un cigarrillo, lo encendió y aspiró lentamente. En ese momento, Francisco se acercó y preguntó: —Señor Alberto, ¿a dónde vamos ahora? Alberto dio una calada profunda y exhaló el humo con lentitud, sin decir palabra. ... En el camino de regreso a casa, Raquel ya había rec

Klik untuk menyalin tautan

Unduh aplikasi Webfic untuk membuka konten yang lebih menarik

Nyalakan kamera ponsel untuk memindai, atau salin tautan dan buka di browser seluler Anda

© Webfic, hak cipta dilindungi Undang-undang

DIANZHONG TECHNOLOGY SINGAPORE PTE. LTD.