Capítulo 191
El cuerpo de Raquel se tensó ligeramente.
Nahia había estado oculta detrás de Raquel, y vio que Alberto había dejado de llorar. Su rostro, que antes estaba pálido, comenzó a teñirse de un dulce rubor de adolescente. Sus ojos seguían al elegante y apuesto cuerpo de Alberto, observándolo fijamente.
El presidente Heriberto despidió a Alberto y, de inmediato, miró a Raquel. —Jajaja, dices que eres la señora Díaz, pero el presidente Alberto ni siquiera te conoce, ¡eres una estafadora!
Raquel no pudo decir nada.
El presidente Heriberto, sin querer perder más tiempo, ordenó: —¡Agárrenlas!
Dos guardaespaldas vestidos de negro la tomaron bruscamente a ella y a Nahia.
Nahia intentó resistirse: —¡Suéltame!
Raquel, por otro lado, parecía algo más tranquila. Tenía agujas plateadas y drogas anestésicas escondidas en su cuerpo; si lograba entrar a la habitación con el presidente Heriberto, podría escapar con Nahia.
Mientras Raquel lo pensaba, el presidente Heriberto levantó la mano y ordenó: —Llévenl

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