Capítulo 221
El rostro de Alberto se volvió gélido en un instante. Ella, por el hecho de que él aún recordara que había tomado la píldora anticonceptiva por Ramón, lo había estado ignorando todo este tiempo, pensando que quería distanciarse de ella, cortarlo todo.
Pero hoy ella decidió regresar a la casa familiar para cenar, y él pensó que era una forma de suavizar las cosas. ¿Y qué fue lo que dijo ella?
Dijo: Alberto, quiero divorciarme de ti.
Y añadió que ya no podía esperar ni un día más.
¿Acaso pensaba que él tenía un carácter fácil?
Alberto la miró con la frialdad de una espada y, sin dudarlo, la agarró del delicado brazo. —Raquel, ¿entonces vienes esta noche solo para hacerme sufrir, verdad?
Raquel, por reflejo, soltó su mano con un brusco movimiento. —¡No me toques con tus manos sucias!
¿Qué dijo ella?
Raquel levantó la cara, encontrando la mirada sombría y torva de él, y, palabra por palabra, le dijo: —Alberto, eres lo más sucio que he visto.
Ya no podía soportarlo más.
Las

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