Capítulo 243
¡Es ella!
¡Es Raquel!
¡Pero él ha confundido a la persona!
Al recordar todas las veces que trató a Raquel con indiferencia y desprecio, Alberto deseó haberse dado una bofetada a sí mismo.
El día que la tuvo contra la cama en la enfermería, ella, con lágrimas en los ojos, le dijo que lo odiaba, tan herida y dolida.
¡Alberto, realmente eres un idiota!
El cuerpo de Alberto se tensó, su rostro, normalmente tan atractivo, se oscureció, pero rápidamente esbozó una sonrisa burlona...
...
Laura regresó al departamento y durmió plácidamente. Al día siguiente, Raquel y Camila la llevaron a hacer unas compras.
Las tres llegaron al centro comercial y entraron a una tienda de accesorios. Raquel se fijó en unos peines para el cabello.
Peines en tonos pastel, con fresas rosas, sandías verdes, limones amarillos... todos con colores juveniles y llamativos.
—Raquelita, estos peines te quedarían perfectos, compra el amarillo.
—Creo que el rosa también está bonito.
Camila y Laura l

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