Capítulo 402
Alberto no reveló ninguna emoción en su distinguido y apuesto rostro. Dijo con indiferencia: —Todavía no.
María instó: —Jefe Alberto, debemos apresurarnos, no podemos permitir más demoras en el tratamiento de Anita.
Alejandro secundó: —Sí, jefe Alberto, esta vez pudimos salvar a Anita después de que se desmayara, pero ¿qué ocurrirá si la próxima vez no podemos?
Alberto respondió: —Tengo todo bajo control.
En ese momento, sonó una armoniosa melodía de teléfono; el teléfono de Alberto estaba sonando.
Alberto sacó el teléfono y dijo: —Voy a salir a tomar una llamada.
Acto seguido, Alberto se retiró.
Ana observó la espalda de Alberto mientras se alejaba, pensativa.
En ese momento, Francisco entró y anunció: —Señorita Ana, ya he completado los trámites para su hospitalización, puede estar tranquila por ahora.
Tras decir esto, Francisco se dispuso a irse.
Sin embargo, Ana lo detuvo con su voz: —Francisco, por favor, espera.
Francisco se detuvo y dijo cortésmente: —Señorita Ana, ¿necesita alg

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