Capítulo 413
Héctor la miraba inexpresivamente. —¿Necesitas algo de mí?
Ceirra se acercó a Héctor, extendió su dedo pintado con esmalte rojo carmín y le pinchó el músculo de la cintura. —Qué duro.
Héctor respondió: —¡Retira tu mano!
Ceirra, imperturbable, dijo: —Deberías saber por qué te he llamado aquí. Ambos somos adultos ya. De ahora en adelante, simplemente sígueme. Te mantendré mientras me satisfagas en la cama. El precio lo decides tú, ya no tendrás que seguir bailando striptease.
Héctor miró a Ceirra. —Deberías estar casada. ¿No te preocupa que tu esposo se entere?
—No te preocupes, él nunca lo sabrá. Tengo experiencia, nunca lo ha descubierto. Es completamente seguro —Ceirra afirmó con confianza.
Héctor esbozó una sonrisa en sus delgados labios. —¿Y si le cuento a tu esposo?
Ceirra respondió: —Él no me creería.
En ese momento, Héctor sacó una grabadora de su bolsillo. —Lamentablemente, ya he grabado todo lo que has dicho.
Ceirra palideció, sorprendida de que Héctor llevara una grabadora.
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