Capítulo 589
Héctor quería alejar la mano de Melis, pero Melis lo abrazó fuertemente: —Héctor, ya estamos en la habitación, ¿vas a rechazarme ahora, acaso no me deseas?
Héctor se sentía como si estuviera en llamas, como si innumerables hormigas treparan por sus huesos, una sensación muy incómoda, y el cuerpo curvilíneo de Melis pegado a él, junto con sus inquietas manos pequeñas, parecían aliviar su malestar y hacerle sentir cómodo.
—Héctor, realmente me gustas mucho, esta noche te haré sentir de maravilla, quedémonos juntos.
Melis exhala un aliento fragante, todavía seduciendo a Héctor.
Héctor se dio la vuelta, mirando a Melis con sus mejillas sonrojadas, ella era realmente hermosa, de hecho, las chicas que siempre habían estado a su alrededor eran hermosas, no había ninguna chica fea.
La mano de Melis tocó su guapo rostro: —Héctor.
Héctor no rechazó su mano, sino que extendió la suya para levantarla en brazos y caminó vigorosamente hacia la cama.
Melis fue lanzada sobre la suave cama grande, ella

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