Capítulo 591
Camila miraba a Héctor: —Héctor, ¿qué te pasa?
Mientras hablaba, la pequeña mano de Camila tocó a Héctor: —¿Por qué estás tan caliente, como si fueras un horno?
En los ojos de Héctor danzaban llamas rojas oscuras, aunque se estaba conteniendo. No debería haber venido a buscar a Camila esa noche, pero no pudo resistirse.
—Estoy drogado,— dijo con voz ronca.
¿Qué?
Camila, parpadeando asombrada, abrió mucho los ojos: —¿Te han drogado otra vez?
Camila estaba desconcertada porque no era la primera vez que drogaban a Héctor.
—¿Quién lo hizo? ¿El padre de Melis?— especuló Camila.
Héctor asintió con un murmullo.
—¿Con qué propósito lo ha hecho? No será que quiere que duermas con Melis, ¿verdad?
Héctor miró a Camila sin responder.
Camila rio airadamente, frunciendo el ceño en broma a Héctor, sin saber si debería enfadarse: —Tienes un encanto que deslumbra a cualquiera; hay demasiadas mujeres que te desean y no escatiman esfuerzos para tenerte, incluso recurren a drogarte.
Héctor bajó la cabeza

Klik untuk menyalin tautan
Unduh aplikasi Webfic untuk membuka konten yang lebih menarik
Nyalakan kamera ponsel untuk memindai, atau salin tautan dan buka di browser seluler Anda
Nyalakan kamera ponsel untuk memindai, atau salin tautan dan buka di browser seluler Anda