Capítulo 618
Ana dijo: —¡Raquel es la fuente de todo mal, y mientras ella viva, todo lo suyo será mío!
Ahora Ana anhelaba con todas sus fuerzas la muerte de Raquel.
María aceptó, y sus ojos también se tornaron maliciosos. —Raquel ya debería estar muerta. Cuando era niña, la arrojamos al campo y aun así sobrevivió. ¡Esta vez la debe morir de verdad!
Ana fulminó a María con la mirada. —Encárgate tú de eso. ¡Mata a Raquel con tus propias manos!
María quedó perpleja. —¿Anita, quieres que lo haga yo misma?
—¿Y si no quién? En estos momentos no es seguro confiar en nadie. Mi padre y Alberto están aquí, y si cometemos el más mínimo error, todo se descubrirá. Esto solo puede dejarse en tus manos. Mamá, tú eres mi madre biológica. Me amas con el alma, ¿no es así? Estás dispuesta a hacer cualquier cosa por mí, ¿cierto?
Hasta ahora, Ana ya no llamaba mamá a María, y cada vez que la miraba era con desprecio. Pero ahora le apretaba con fuerza la mano, con una expresión suplicante y sincera.
María se ablandó. De

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