Capítulo 908
Un frío glacial emanaba del cuerpo de Samuel. Él pensó que era el WhatsApp que Camila le había pedido, pensó que era porque Camila le había dicho que le gustaba, pensó que era porque Camila quería salir con él.
Pero la realidad le dio una bofetada demoledora; resultó ser toda una obra de teatro para un solo actor.
Solo él estaba allí, entregándose por completo a una ilusión unilateral.
¡Esto parecía un chiste!
Eva dijo: —jefe Samuel, de verdad no sé qué pasó, por favor perdóneme...
Samuel dijo: —¡Llévensela, no quiero verla más!
Los guardaespaldas vestidos de negro obedecieron y se llevaron a Eva.
Eva aún intentó suplicar, pero los guardaespaldas le taparon la boca y se la llevaron.
El cuerpo distinguido y erguido de Samuel permaneció rígido en su lugar, los extremos alargados de sus ojos enrojecidos; ¿cómo se atrevió Camila a hacerle esto?
Inés no dejó pasar la oportunidad y exclamó de manera exagerada: —Samuel, ¿lo has visto? La señorita Camila en realidad no te ama, ¡te ha hecho una

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