Capítulo 954
Muy pronto, se escucharon unos golpecitos en la puerta: era Samuel quien llamaba.
Camila se recompuso un poco y dijo: —Adelante.
La puerta se abrió y Samuel entró en la habitación.
El ambiente se volvió incómodo y sutilmente tenso.
Aunque ninguno de los dos mencionó lo ocurrido, era algo imposible de olvidar.
Samuel caminó hasta quedar frente a ella: —Perdón, antes no llamé a la puerta.
Camila respondió: —No importa. ¿Necesitabas algo?
Samuel dijo: —¿Olvidaste nuestro acuerdo? Debo venir todos los días a ver al bebé.
En realidad, Camila no lo había olvidado. Más bien, creía que sería Samuel quien lo haría, ya que ahora tenía a Paula a su lado.
Él se había ido con Paula, así que Camila pensaba que ya no vendría.
Camila asintió. —Oh, entonces míralo.
Camila apartó la mano, dejando su vientre a la vista.
Samuel se agachó lentamente frente a ella; sus dedos largos y firmes descansaron sobre el vientre de Camila.
Con voz grave y magnética, preguntó: —¿El bebé se portó bien hoy?
Camila asint

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