Capítulo 994
—Alarico, sigo diciendo lo mismo: ¡ríndete! La persona que amo es a Samuel. En esta vida, jamás estaré contigo.
Inés se rio. —Señor Alarico, ya la escuchó. La señorita Camila es extremadamente terca. No ha sabido valorar la oportunidad que usted le brindó.
La mirada de Alarico se tornó sombría. De verdad le gustaba Camila, pero esa actitud suya le resultaba insoportable.
Antes de permitir que Samuel la tuviera, prefería destruirla con sus propias manos.
—Bien, ¡entonces no me culpes por ser despiadado! ¡Ustedes, llévensela!
Con un solo gesto de Alarico, dos guardaespaldas sujetaron de inmediato a Camila para llevársela.
—¡Alarico, lo que estás haciendo es ilegal!
Él soltó una risa fría. —Tranquila, haré esto con total discreción. Me aseguraré de que tengas un viaje sin preocupaciones.
Inés dijo riendo: —¿Qué esperan? ¡Llévensela de una vez!
Los guardaespaldas se llevaron a Camila.
—Señor Alarico, si no puedes tenerla, destrúyela. ¡No permitas que ella controle tu vida!
—Ya lo sé. Por a

Klik untuk menyalin tautan
Unduh aplikasi Webfic untuk membuka konten yang lebih menarik
Nyalakan kamera ponsel untuk memindai, atau salin tautan dan buka di browser seluler Anda
Nyalakan kamera ponsel untuk memindai, atau salin tautan dan buka di browser seluler Anda