Capítulo 998
Alarico miró a Camila. —¡Ya es tarde! Cuando Samuel llegue, tú ya estarás muerta.
Alarico sacó un cuchillo y se fue acercando poco a poco a Camila.
Ella retrocedió. —¡Alarico, no sigas por este camino! ¡Esto es asesinato, es un crimen!
—Hace tres años pude hacerle daño a Samuel, y ahora también puedo hacerte desaparecer sin dejar rastro.
Las largas pestañas de Camila temblaron. —¡Así que hace tres años fuiste tú quien lastimó a Samuel!
Alarico dijo: —Pero Samuel tuvo demasiada suerte. ¡Sobrevivió! Y para colmo, se convirtió en ese nuevo magnate de los negocios. De verdad, desearía que hubiera muerto.
—Alarico, ¿qué le hiciste exactamente a Samuel hace tres años?
Él soltó una risa fría. —Hace tres años, ordené que lo subieran, gravemente herido, a un auto, luego lo llevé al borde del acantilado, le arrojé ácido en la cara para desfigurarle la cara y después lo empujé, con el auto, por el precipicio.
Camila ya lo sospechaba, pero escuchar la verdad de lo ocurrido hacía años atrás le heló

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