Capítulo 14
Marcos arrugó la frente y conectó la memoria USB al ordenador.
La pantalla se iluminó y en la lista aparecieron varios archivos de video.
Abrió el primero: la imagen temblaba, como si se tratara de una grabación oculta.
En el video, una mujer propinaba una patada a una anciana desmayada y la arrojaba por un barranco.
Aunque la noche era oscura, Marcos reconoció que aquella mujer era Ana.
Y la ropa de la anciana era la misma que Silvia llevaba puesta la última vez que él la había visto.
"Ese día, Ana le había asegurado que la llevaría al hospital para salvarla, ¿por qué entonces hacía eso?"
Su respiración se volvió entrecortada; con la mano temblorosa abrió el segundo video.
Esta vez, la imagen era clara como el cristal.
El lugar era el baño del apartamento que él mismo le había asignado a Patricia.
Ana reía con una mueca siniestra mientras vaciaba por completo las cenizas en el inodoro.
¡Así que esta era la verdad!
Por culpa de una asesina, de un demonio capaz de pisotear incluso las c

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