Capítulo 77
Pedro miró a su esposa, que asomaba la cabecita desde debajo de las sábanas, y con la nuez de la garganta moviéndose, murmuró, —Estorbas.
Leticia, al escuchar que su "cama" iba a ser retirada, enfureció y le dio una palmada en el hombro a Pedro, —¡Si te llevas mi cama, ¿dónde se supone que voy a dormir?!
—En la cama.
Ambos se miraron fijamente, y el ambiente entre ellos se llenó de tensión.
En cuestión de minutos, Marco realmente trajo a algunos sirvientes, quienes, frente a Leticia, comenzaron a mover el sofá fuera de la habitación.
Oscar, quien también presenció la escena, gritó con furia, —¡Maldita sea! ¡Pedro Fernández no es humano!
Una vez que la habitación volvió a estar tranquila, los ojos de Leticia se llenaron de lágrimas por la frustración.
Pedro, dándose cuenta de que había sido demasiado brusco, trató de calmarse para hablar con ella, —Mira, somos marido y mujer, y hay ciertas cosas a las que debes acostumbrarte cuanto antes.
Leticia, con el ceño fruncido y puchero, respond

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