Capítulo 80
No pasó mucho tiempo acostada antes de que el bullicio de Oscar la despertara de nuevo.
Furiosa, Leticia quería golpearle la cabeza a Oscar, —Pedro ni siquiera quiso despertarme esta mañana, ¡y tú vienes tan temprano a hacerme ruido! ¿No te fue suficiente la paliza de anoche?
La sala de la casa de los Fernández nunca había estado tan animada.
Leticia estaba persiguiendo a Oscar para darle golpes, mientras él huía. Mientras corría, gritaba, —¡Caray, ayúdenme! ¡Leticia quiere matarme!
Don Fernández, al verlo, no podía parar de reír.
Desde que Oscar, su nieto travieso, rompió su preciado jarrón de porcelana, cualquiera que le diera una paliza a Oscar le caía bien.
Lourdes estaba ocupada preparando los regalos, revisando la lista con su esposo, sin prestarle atención a la seguridad de su hijo.
Para la familia Fernández, Leti era solo una joven, y ¿qué tan fuerte puede golpear una muchacha?
Los pensamientos de Oscar, 'Estoy frito, ¡desperté a la dragona!'
Antes de las diez, el carro de Pedr

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