Capítulo 235
Álvaro miró pensativamente la sopa que la señora Alicia había servido personalmente, con aire reflexivo: —Esta sopa tiene muchas cosas añadidas, ¿verdad?
La señora Alicia respondió: —¿Qué pasa, crees que le puse veneno?
—No es tan grave, solo es una broma.
Julia intentó suavizar el ambiente: —No digas eso, Alvi. Yo también he probado la sopa. Si estuviera envenenada, yo también estaría en problemas. Además, la señora Alicia no es de esa clase de personas. Alvi, no malinterpretes a la señora Alicia.
Álvaro no prestó atención a Julia, dejó el tenedor sobre la mesa y dijo: —Ustedes sigan comiendo.
—Alvi, no te vayas tan rápido, tengo algo que decirte,— la señora Alicia lo detuvo de nuevo.
Álvaro se detuvo y preguntó: —¿Qué pasa?
—Vamos a la biblioteca, quiero hablar contigo en privado.
—¿Hay algo que no pueda decirse en frente de Julia?
La señora Alicia respondió: —Julia no lo entiende, ella es joven. No hace falta que ella esté presente. Solo quiero hablar contigo.
Juli

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