Capítulo 246
Álvaro no reaccionó.
—Álvaro, sé que me oyes. Si no quieres seguir tan aturdido, suéltame ahora mismo.
La fuerza de su mano sobre su cintura se aflojó un poco.
Con una mano apoyada en el sofá, Patricia se levantó, evitando cuidadosamente cualquier contacto físico con él. Abrió el botiquín, sacó un medicamento para la fiebre y unos parches reductores de fiebre...
Álvaro no mostró ningún reparo, se dejó caer sin esfuerzo sobre el sofá, una pierna colgando hacia el suelo, con una postura completamente relajada, sin energía. Su ropa era ligera. Patricia le colocó el parche para la fiebre, le dio la medicina y luego lo cubrió con una manta. Así, no debería morir.
Si dentro de un rato no se le bajaba la fiebre, tendría que llevarlo al hospital.
Con alguien tan mal en casa, Patricia no podía relajarse para hacer sus propias cosas; siempre estaba alerta...
Incluso para preparar la cena tenía que estar atenta a cualquier ruido del salón.
Cocinó una sopa de arroz con guarniciones ligeras. No era

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