Capítulo 274
Ignacio percibe agudamente el cambio de humor de Patricia. No se apresura, sino que le pregunta con más dulzura: —No temas, ¿hay algo que puedas decirme? Entre nosotros, ¿hay algo que no podamos discutir? Pronto serás mi esposa y yo seré tu esposo, Patri, puedes decirme lo que sea.
Patricia se aferra a la pierna de sus pantalones y se queda en silencio por un largo rato.
El tráfico congestionado pronto se despeja, e Ignacio arranca el auto y conduce lentamente. Al llegar bajo el edificio de Patricia, ella no se apresura a bajar, sino que le dice en voz baja: —Nacho, lo siento.
—¿Qué pasa, por qué de repente te disculpas?— Ignacio la mira, sus ojos son claros y limpios. —¿Hay algo más que no puedas decirme? ¿Eh?
Patricia siente un nudo en el corazón, ha pensado en sus palabras innumerables veces, y después de un largo tormento, finalmente dice: —Nacho, quiero decirte...
Justo cuando va a hablar, suena el teléfono móvil de Ignacio, interrumpiendo las emociones que Patricia había

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