Capítulo 300
No fue una sorpresa para Álvaro recibir la llamada de Ignacio. Ya no lo evitó; en cambio, acordó con él un lugar para encontrarse. Ignacio, con la barba sin afeitar y sin ninguna preocupación por su imagen, no tenía fuerzas ni energía para gestionarla. Al ver a Álvaro, la primera pregunta que le hizo fue: —¿Dónde está mi prometida?
Álvaro sonrió: —¿Qué prometida? ¿Tu prometida viene a preguntarme por ella?
—Me refiero a Patri, ¿dónde está Patri? ¿La has escondido?
Álvaro, elegantemente recostado en su silla, bebía vino tinto y le indicó que se sentara para hablar más cómodamente. —Siéntate.
—¡Álvaro, Patri es mi prometida!— Ignacio se acercó rápidamente, tomó a Álvaro por el cuello de la camisa. El ruido de la silla al raspar el suelo fue ensordecedor. Ignacio había soportado todo el camino, pero al ver a Álvaro tan calmado y tranquilo, explotó. —No sigas actuando, ¿fue cosa tuya, verdad?
Álvaro le dio una palmada en la mano y, sin prisa, levantó la mirada. —Ignacio, ¿por qué t

Klik untuk menyalin tautan
Unduh aplikasi Webfic untuk membuka konten yang lebih menarik
Nyalakan kamera ponsel untuk memindai, atau salin tautan dan buka di browser seluler Anda
Nyalakan kamera ponsel untuk memindai, atau salin tautan dan buka di browser seluler Anda