Capítulo 61
—No hace falta, aquí adentro está muy sofocante, quiero salir a caminar un poco.
—Entonces te acompaño.
—Prefiero estar sola un rato.
—Pero el señor Álvaro insistió en que debemos cuidarte bien, tengo que seguirte a donde vayas.
Julia, impaciente, replicó: —Solo quiero estar tranquila un momento, ¿por qué no se lo ocultas?
—Lo siento, señorita Julia, el señor Álvaro mencionó que tu situación es especial, lo dijo por preocupación. Yo tampoco puedo desobedecerlo. ¿Por qué no le llamas al señor Álvaro?
Aunque Julia estaba molesta, sabía que no podía mostrarlo. Si el sirviente se quejaba con Álvaro, eso complicaría aún más las cosas. Resignada, solo pudo contenerse y decidió llamar a una amiga para desahogarse.
Mientras tanto, Álvaro, al regresar a Ciudad del Atardecer, se dirigió directamente a la empresa, donde el trabajo acumulado lo esperaba como una montaña.
No tenía tiempo para pensar en otras preocupaciones.
Adrián le había informado sobre su ausencia en Ciudad del Atardecer durant

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