Capítulo 64

—No soy de ese tipo de personas, no haría algo así, vine porque vi el Instagram de tu asistente. —expresó Ignacio con sinceridad, sin parpadear ni una vez. —No podía simplemente rendirme porque no quisieras verme. Patricia se sintió extremadamente molesta, aunque en la superficie mantenía la calma: —Señor Ignacio, es usted demasiado amable. Solo temo causarle problemas. Generalmente, quienes han tenido una relación demasiado cercana conmigo no han corrido con buena suerte. —Qué coincidencia, cuando era pequeño me dijeron que traía buena suerte a mi esposa, a mis novias y a las personas que me gustan. Patricia se quedó sin palabras. La asistente luchaba por controlar su expresión, temiendo reírse en voz alta; sus hombros temblaban por el esfuerzo de contener la risa. La calle estaba concurrida, con un tráfico constante, y los neones de la noche resplandecían con belleza, creando un ambiente bullicioso. Patricia no quería seguir en la calle, pero tampoco quería subirse al coche de Ignaci