Capítulo 19

Al día siguiente, ambas dormían hasta la tarde. Después de asearse, María se quejó de tener hambre y llevó a Silvia a una nueva tienda de postres que había abierto. La tienda estaba en la ladera de una montaña, y dado que era un día laborable, no había mucha gente. Las dos se sentaron en una terraza, disfrutando de la vista de las montañas cubiertas de cerezos en flor y hojas verdes, compartiendo pequeños secretos. Mientras estaban inmersas en la conversación, un grupo de personas pasó cerca. Uno de ellos, al llevar un plato de comida, lo inclinó un poco, y un pastel de crema cayó sobre la ropa de Silvia. Al ver la mancha, Silvia frunció ligeramente el ceño y sacó algunas servilletas para limpiarse. La chica responsable del accidente quería disculparse, pero cuando vio sus rostros, su expresión de disculpa se transformó en sorpresa. —¿Ustedes? Al escuchar esa voz familiar, María dejó de ayudar a limpiar y levantó la vista, encontrando a Lucia frente a ellas. Aunque no