Capítulo 11

El avión despegó lentamente y Sonia, algo ausente, contemplaba el paisaje tras la ventanilla. Jugaba distraídamente con el borde de su tarjeta de embarque, mientras las escenas de tres meses atrás volvían a su mente. —Diego, ¿vamos a ver el mar? Hace mucho que no viajamos juntos. Le pasó con ilusión una guía de viaje a Diego. Diego, sin levantar la vista del teléfono, respondió: —Estoy muy ocupado, será para la próxima. Más adelante, ella volvió a proponer varios planes de viaje. Siempre recibió la misma respuesta: [la próxima vez]. Hasta que un día, en WhatsApp, vio una foto de Diego con Irene. En la imagen, Diego le acomodaba con cuidado el cabello a Irene, despeinado por el viento, y de fondo estaba aquel destino que ella tanto había soñado, las Maldivas. En ese instante, Sonia sintió una punzada en el pecho. No era que él no tuviera tiempo, simplemente no quería viajar con ella. Todas esas confesiones preparadas con esmero, para él solo eran una carga. Su sinceridad, al final, esta