Capítulo 226
—También pienso que la familia Castro es la más rica en ciudad Luz de Luna, ¿quién no querría sacar provecho de una oportunidad así? ¡Es en verdad bastante bajo!
—Ellos ya han dado dinero de buena fe, pero, desafortunadamente, esta gente es insaciable y despreciable.
—Exactamente, la muerte de su esposo no tiene nada que ver con la familia Castro. ¡En verdad es una tragedia repentina!
Marisela, al oír estas palabras, no se alteró ni intentó defenderse; simplemente se limitó a reír.
Aquella risa no era alegre ni placentera, sino que tenía un tono hostil y resultaba profundamente aterradora.
Rafael y Nancy quedaron completamente paralizados por aquella risa escalofriante.
Marisela sacó una tarjeta de memoria y la entregó a un periodista que ya la esperaba. El periodista inmediatamente la insertó en su dispositivo.
De repente, un rayo de luz iluminó la pared blanca, proyectando una imagen y un sonido que todos pudieron observar con claridad.
Con voz ronca, Marisela dijo: —

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