Capítulo 250
Los subordinados no se atrevieron a hacer ruido y se retiraron en completo silencio.
En el estudio, Vicente le dijo a Lourdes al otro lado del celular, —Lourdes, tranquila, encontraré al asesino de Juan.
—También recuperaré ese objeto perdido.
...
El apartamento que Ángeles había alquilado estaba cerca de la escuela; eran dos habitaciones con salón, el entorno era regular, pero el interior estaba limpio, amueblado y ordenado.
Para disculparse, Ángeles le había pagado al taxista el triple de la tarifa, como compensación por la larga espera.
El conductor amablemente le advirtió, —Señorita, ¿usted vive aquí? La seguridad en esta zona no es muy buena, y siendo una muchacha joven y sola peor aún, ¡debe tener mucho cuidado!
—Yo se uy bien como cuidar de mi misma, pero muchas gracias por el concejo.
Ángeles, con su mochila al hombro, entró al edificio.
Después de que sus pasos resonaron, las luces del pasillo se encendieron.
Ángeles estaba a punto de entrar al ascensor cuando, de repente, var

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