Capítulo 325
Emilio mantenía su expresión serena, y con una actitud cortés y tranquila, respondió: —Claro que sí.
Ángeles curvó los labios en una amplia sonrisa, irradiando alegría: —Entonces, muchas gracias, señor Emilio.
El ambiente parecía bastante agradable.
Al menos, en apariencia.
Ángeles estaba a punto de retirarse, pero al girarse vio que por el camino se acercaban varias personas. A la cabeza iba una viejita de rostro bondadoso, apoyada por una empleada que la ayudaban a caminar rápidamente hasta llegar junto a la piscina termal.
El asistente que cargaba el botiquín de Ángeles la saludó con un: —¡Señora Leticia!
Ángeles arqueó una ceja, pero no dijo nada.
La señora Leticia caminó apresuradamente hacia Emilio, y al ver que él podía levantarse, se quedó tan sorprendida y emocionada que no sabía qué decir. Hizo varios gestos de oración antes de hablar:
—¡Qué alegría tan linda! ¡Por fin mi nieto puede volver a ponerse de pie!
—¡Esto es una noticiononon!
—¡Pero, niño, algo t

Klik untuk menyalin tautan
Unduh aplikasi Webfic untuk membuka konten yang lebih menarik
Nyalakan kamera ponsel untuk memindai, atau salin tautan dan buka di browser seluler Anda
Nyalakan kamera ponsel untuk memindai, atau salin tautan dan buka di browser seluler Anda