Capítulo 643

Ángeles, por supuesto, no tenía ninguna objeción. Mientras descendían por la montaña, pasaron de nuevo por el refugio antiaéreo que habían visto anteriormente. Ángeles no pensó en volver a entrar; después de todo, ya habían rescatado a las personas, y lo mejor era alejarse lo antes posible de allí. Pero justo en ese momento, Ángeles escuchó el sonido de una campanilla de cobre. Ding, ding. Al escuchar ese sonido tan familiar de la campanilla, Ángeles se sintió nerviosa, casi como si padeciera un terrible trastorno de estrés postraumático, y rápidamente se giró para buscar a su alrededor mientras agarraba la muñeca de Bárbara y le entregaba un rollo de cuerda. Bárbara, confundida por un momento, se recuperó en un dos por tres y gritó a las personas cercanas. —¿De dónde proviene ese sonido de campanilla? ¿Quién tiene una campanilla? Justo después de decir esto, uno de los miembros del equipo de Vega golpeó la mochila y dijo algo desconcertado, —La tengo aquí en mi mochila, ¿qué sucede? Á