Capítulo 85
¡Qué Complicidad!
Paula había planeado meticulosamente y Valeria, sin perder tiempo, había enviado a alguien al sanatorio para traer de vuelta a Lucía.
Todo estaba en su lugar.
Sin embargo, lo que nunca anticiparon fue la ausencia de Ángeles, quien nunca faltaba los fines de semana. Ese día, no apareció.
Paula observaba el jugo delante de ella; ya había vertido más de la mitad del veneno, esperando que Ángeles llegara para que Lucía se lo llevara y, de alguna manera, asegurarse de que lo bebiera.
Pero, ¿y si Ángeles no venía?
¡Solo quedaba menos de la mitad de la botella de veneno!
Paula, frustrada, se levantó y preguntó: —¿Qué noticias hay del lado de nuestro abuelo? ¿No han llamado a Ángeles? ¿Por qué no ha venido?
¿Acaso se filtró la información?
Valeria, irritada, le dio una bofetada a Lucía, exigiendo con ferocidad: —Habla, ¿le has dicho algo a Ángeles?
Lucía recibió el golpe impasible, sin un atisbo de brillo en sus ojos.
Paula, con desdén, intervino: —Valeria, cálmate. Mira su e

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