Capítulo 150
Lucía se sintió amarga por dentro.
—No te preocupes, Leticia, la abogada Luisa es muy buena persona, no le importaban esas cosas, puedes relajarte un poco.
Lucía extendió su mano, intentando acariciar la cabeza de Leticia.
Debido a la quimioterapia, Leticia había perdido todo su cabello y siempre salía con un gorro de peluche rosa que sabía que Evaristo le había comprado y que Leticia atesoraba como un preciado regalo.
Con sentimientos encontrados y los ojos acuosos, Lucía detuvo su mano en el aire por un momento antes de finalmente dejarla caer lentamente y acariciar suavemente el gorro de Leticia.
—Tranquila, Leticia. ¡La abogada Luisa definitivamente ayudará con el caso de Evaristo!
—Sí, sí.— El rostro de Leticia se relajó de la tensión y mostró una sonrisa mientras decía, —Gracias, Lucía y abogada Luisa.
Luisa, escuchando la conversación desde el asiento trasero, suspiró profundamente en su interior.
Es tan doloroso.
¿Por qué la mala suerte siempre encuentra a los pobres?
Luisa, qu

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