Capítulo 230
Restaurante.
Flavio había reservado un lujoso salón privado.
A pesar de que solo eran cinco personas en su grupo, la mesa era tan grande que podía acomodar a diez.
Flavio, con consideración, retiró una silla y, con una reverencia, hizo un gesto de invitación a Andrés.
—Por favor, tome asiento, presidente Andrés.
Andrés ya estaba acostumbrado a las adulaciones de los demás y se sentó con naturalidad.
Pero para Luisa, era la primera vez que veía en público cómo trataban al presidente del Grupo Martínez.
El hombre frente a ella respondía a las adulaciones con un aire distante, su expresión era fría y su presencia irradiaba un sentido de rechazo y alienación.
Eso hacía que Luisa se sintiera extraña; le resultaba difícil asociar a este hombre distante con aquel que solía cocinarle usando un delantal.
Después de que Andrés se sentara, Hugo tomó asiento a su derecha.
Luego, Flavio escogió un lugar a la izquierda de Andrés, dejando un asiento vacío entre ellos.
Su elección de asiento también h

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