Capítulo 282
De camino al hospital, Luisa volvió a llamar a Fernanda y a Catalina para decirles que no se preocuparan.
Al llegar al hotel, conversó un rato con Mónica para ponerse al día, y pronto llegó la hora de la cena.
Luisa miró su reloj y dijo: —Vamos a cenar juntas, ¿sí?
—Está bien.
—¿Qué te gustaría comer?
Mónica sonrió suavemente.—Lo que sea está bien.
—Entonces vamos a ver qué hay cerca.
Después de cenar, Luisa dijo: —Entonces haz el proceso habitual: envía tu currículum al bufete y acude a la entrevista.
—De acuerdo.
—¿Ya encontraste un lugar donde quedarte?—Le preguntó si ya había visto algún departamento para rentar.
Mónica respondió: —Todavía no.
Luisa asintió.—En un rato le pediré a alguien que te ayude a encontrar uno.
Mónica agitó las manos rápidamente.—Luisa, no hace falta, puedo hacerlo sola.
—No tienes por qué ser tan formal conmigo. En Puerto Bella no conoces a nadie, y me da miedo que te estafen.
—Entonces...—Mónica dudó un momento.—Te lo agradezco muchísimo.
—No es molestia.—

Klik untuk menyalin tautan
Unduh aplikasi Webfic untuk membuka konten yang lebih menarik
Nyalakan kamera ponsel untuk memindai, atau salin tautan dan buka di browser seluler Anda
Nyalakan kamera ponsel untuk memindai, atau salin tautan dan buka di browser seluler Anda