Capítulo 334
El sábado, Luisa volvió a la casa de los González y habló con la doctora que atendía a Violeta.
La recomendación de la doctora fue que, si Violeta podía jugar acompañada de una amiga, eso ayudaría realmente en el tratamiento de su enfermedad mental.
Luisa se acercó a Violeta y, con voz suave, le preguntó: —Violeta, ¿qué te parecería si te presento a una nueva amiga para que juegue contigo?
Violeta apretó los labios y respondió en voz baja: —¿Qué nueva amiga?
—Se llama Aída, es una niña más o menos de tu edad, también muy adorable.
—¿Te gusta?
—Claro que sí. —respondió Luisa con una sonrisa.— Aída es una niña muy buena, tan buena como tú. Me gustan ambas.
Violeta sonrió tímidamente, y con voz clara y dulce dijo: —Entonces quiero ser buena amiga de Aída. Si a ti te gusta Aída, a mí también me gusta.
Luisa, sonriendo con ternura, le acarició la cabecita: —Violeta es muy buena.
Ya en su habitación, Luisa le envió un mensaje a Francisco.
[Violeta aceptó. Ahora no puede salir, ¿cuándo podría

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