Capítulo 365
—Sangre...— Los labios de Fernanda temblaban sin cesar; no conseguía articular una frase completa. —Mucha sangre... suicidio... se tiró...
¿Alguien se había suicidado arrojándose desde lo alto?
Luisa quedó estupefacta.
—¡Fernanda!— Justo en ese instante, Sergio irrumpió en la habitación y tomó a Fernanda quien estaba aterrada entre sus brazos.
Con el rostro cargado de preocupación, Sergio la estrechó suavemente y la consoló con voz serena: —Fernanda, no tengas miedo, estoy aquí, no tengas miedo...
Fernanda temblaba de pies a cabeza, aferrándose con fuerza al cuello de la camisa de Sergio. Su rostro pálido estaba empapado en lágrimas; lloraba asustada.
Luisa sintió una tremenda punzada de culpa; de haberlo sabido, no habría permitido que Fernanda saliera.
Por su reacción, era evidente que había presenciado con sus propios ojos el estado en que quedó quien se había arrojado.
Eso debía haberle dejado una profunda herida psicológica.
Sergio calmó a Fernanda durante un largo rato antes de v

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