Capítulo 397
Él pasó saliva y preguntó cauteloso: —Teresa, tú... tú no la habías detenido, ¿verdad?
—¿Eh? ¿Qué pasaba? ¿No dijiste que debía detener a todas las mujeres raras sin cita previa? Ella no tenía cita, y encima de todo pidió ver directamente a nuestro presidente, así que la detuve.
Alejandro se dio una palmada en el muslo con fuerza. —¡Ay no! ¿¡Cómo pudiste detenerla!? ¡Déjala subir rápido! ¡No, mejor espera! ¡Voy yo mismo a buscarla!
Teresa quedó atónita. —¿Qué pasaba, Alejandro? ¿De verdad conocía al presidente?
—¡No solo lo conocía!— Alejandro salió apurado de su oficina y se dirigió corriendo al ascensor. —¡Ella era la esposa de nuestro presidente!
Apenas salió de la oficina y dio unos cuantos pasos, Alejandro chocó con alguien.
Lo primero que vio fueron los zapatos negros de cuero hechos a medida y el pantalón de traje también a medida de la persona.
Estaba acabado.
Alejandro levantó la vista y se encontró justo cara a cara con Andrés.
—Pre... presidente...
Andrés bajó al instante la

Klik untuk menyalin tautan
Unduh aplikasi Webfic untuk membuka konten yang lebih menarik
Nyalakan kamera ponsel untuk memindai, atau salin tautan dan buka di browser seluler Anda
Nyalakan kamera ponsel untuk memindai, atau salin tautan dan buka di browser seluler Anda