Capítulo 449

Pedro se arrodilló en el suelo. El suelo estaba demasiado resbaladizo, y Pedro terminó arrodillado frente a Luisa. Rosa miraba fríamente desde arriba a ese hombre en el suelo. Ella apenas había ido al baño un momento, ¿cómo era posible que, en apenas unos minutos, ya hubiera un hombre causándole problemas a su jefa? —¿Lo dejamos discapacitado o lo matamos directamente? —La mirada de Rosa destilaba frialdad y homicidio. Luego giró la cabeza para preguntarle a Luisa. Luisa respondió con impotencia: —Tranquila, vivimos en una sociedad regida por la ley, mejor nos calmamos y llamamos primero a la policía. De todas formas, la cachetada que le había dado tenía motivos justificados. Hace un momento, en la tienda, ellos no paraban de lanzar provocaciones y burlas. Ella tenía prisa y no les prestó atención, pero quién iba a pensar que ellos serían aún más insolentes, llegando incluso a salir a buscarle pelea. Ese hombre, incluso, había dicho palabras que insultaban su dignidad. Legalmente, sus