Capítulo 459
Después de un rato de intimidad en la habitación, sonó el teléfono; era Fabiola.
Andrés echó un vistazo al teléfono de Luisa y dijo en tono frío: —Cuelga.
Luisa le recordó: —Vinimos a su fiesta de cumpleaños.
Luego contestó la llamada.
La voz de Fabiola no sonaba para nada molesta. —Luisita, no se queden todo el tiempo en la habitación, salgan a divertirse, también invité a Catalina y Fernanda, acabo de ver que ya subieron al barco.
—Bien, voy ahora.
Luisa colgó el teléfono y le dijo a Andrés: —Vamos a salir a divertirnos, Catalina y Fernanda también han venido.
Al ser interrumpido, el hombre mostró una mirada fría y respondió con un "Hmm" sin expresión en la cara.
El vestíbulo del primer piso era amplio, con una lámpara de araña de cristal gigante, lujosa y deslumbrante.
Bajo la luz, la gente se reunía para beber y conversar.
Todos los invitados habían llegado, y el crucero partía lentamente del puerto.
Andrés caminó un tramo, y entonces sonó su teléfono.
Lo miró y le dijo a Luisa: —L

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