Capítulo 483

Seguramente fue por la mañana cuando Andrés mandó a alguien a comprarlo y traerlo. Andrés siempre cuidaba muy bien esos detalles. Cuando salió después de ducharse, Andrés estaba sentado junto al gran ventanal, mirando su portátil mientras trabajaba. Al verla salir, Andrés cerró el ordenador, se levantó, fue hacia ella, tomó su mano y la llevó hasta el sofá. De manera natural, tomó el secador de pelo y comenzó a secarle el cabello. La luz del sol entraba por la por ventanal. La amplia habitación estaba inundada de luz. La habitación de Andrés estaba en el segundo piso. Al mirar por la ventana, lo primero que vio era un jardín repleto de flores en plena floración. En pleno verano, distintas flores competían por florecer, mostrando toda sus belleza, mientras las mariposas revoloteaban alrededor, danzando grácilmente; todo parecía una pintura. Cuando terminó de secarle el pelo, Andrés la llevó abajo a almorzar. En el comedor, la mesa ya estaba puesta, con los platos aún humeantes, recién p