Capítulo 127
La enfermera escolar era una joven que llevaba poco tiempo en su puesto, y la primera vez que vio al Decano Bruno, se quedó paralizada, sin saber si debería recoger sus cosas o atender primero a José.
—¿Qué haces parada? Atiende la herida del niño —le reprendió Bruno.
—Sí, sí —respondió rápidamente la enfermera, y fue a buscar su botiquín.
—Deja, yo me encargo —dijo Ana, tomando el botiquín, haciendo que José se acostara en la camilla y sacó una venda con calma, luego un pequeño paquete de tela de su bolsillo.
Al desplegar el pequeño paquete, se revelaron varias agujas de acupuntura de diferentes tamaños.
—¿Sabes hacer acupuntura? —preguntó sorprendida la enfermera.
Llevar agujas de acupuntura consigo indicaba que Ana no solo sabía cómo usarlas, sino que era una experta.
Ana respondió tranquilamente, tomando una de las agujas,
mientras José observaba la aguja brillante y se estremecía, tragando saliva involuntariamente. —¿Estás segura?
Ana insertó una aguja en el punto BL1 de su cara,

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