Capítulo 165
Ana regresó a la Palacio de Las Estrellas cuando ya había anochecido.
Abrió la puerta de su casa y se percató de que las luces del salón estaban encendidas; Tiramisú, su gato, salió corriendo y felizmente se frotó contra sus pies.
—Tiramisú, ¿ha sido bueno tu papá hoy en casa?— Ana lo alzó, se cambió los zapatos en la entrada y procedió hacia el interior.
—Hmm~— Si Tiramisú pudiera hablar, seguramente se quejaría: ¡Carlos ha sido todo lo contrario a bueno, no solo salió, sino que también trajo a alguien a casa y lo encerró en el cuarto de los cerdos, sin dejarle jugar en el salón!
Al entrar al salón, Ana se encontró de pronto con Carlos sentado en una silla de ruedas.
Él todavía llevaba puesto el mismo pijama de satén negro que en la mañana, y bajo la luz, su piel parecía aún más pálida; sus pies descansaban sobre la silla de ruedas, haciendo que incluso sus zapatos lucieran adecuados.
—¿Cómo has bajado de la cama?— Ana dejó a Tiramisú en el suelo, se quitó el abrigo y lo c

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