Capítulo 14
Al ver los ojos de Víctor llenos de furia asesina, Sonia se encogió de miedo: —¡No es así! ¡Laura me está calumniando, ese vídeo...!
En el segundo siguiente, Víctor se abalanzó y la agarró del cuello.
—¡Dilo otra vez! ¿Dónde está Laura? ¿Dónde la tienes escondida? —Le gritó, al borde de la locura.
Sonia pronto se quedó sin aire, luchando por respirar, golpeando el brazo de Víctor con los puños: —¡Suéltame! ¡Suéltame!
El abogado y los guardaespaldas que estaban al lado se precipitaron para separarlos.
—¡Víctor, usted también conoce la ley! ¡Si no la suelta, tendrá que asumir las consecuencias!
Finalmente, entre todos lograron apartar a Víctor, que descargaba toda su desesperación.
Sonia, con la cara enrojecida y las lágrimas saltándole de los ojos, jadeaba y tosía, hecha un desastre: —¡Víctor, todo por esa muerta llamada Laura...!
—¡Ella no está muerta! —Replicó Víctor, pálido como un cadáver.
Sonia terminó de perder el control, riéndose con rabia: —¡Si tanto quieres saberlo, te lo diré

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