Capítulo 14 No te pongas tan contenta
El hombre gordo al lado de Aída se tapó la boca con una mano y, con la cara roja, susurró hacia mí.
—Jefe Norma, solo estaba jugando, nada más. No le digas nada a mi esposa, por favor.
Aída no podía creer que el hombre que siempre la llamaba "cariño" estuviera de mi lado.
Abrió los ojos con incredulidad, pero de inmediato recibió la ira del hombre.
—¿Qué miras? ¡Te dije que cerraras la boca y fueras más discreta! ¿Quién eres tú para hablar en este tipo de situaciones? ¡Ve enseguida a disculparte con la jefa Norma!
Las lágrimas comenzaron a brillar en los ojos de Aída casi al instante.
Al final, fue su jefe quien la obligó a inclinarse y pedirme disculpas.
—Eso no importa. Después de todo, cuando llegue el veredicto del tribunal, ella tendrá que disculparse públicamente conmigo en toda la red.
Dicho esto, me di la vuelta despreocupada para irme, y el grabador en mi bolsillo se detuvo al presionar el botón de pausa.
Detrás de mí, se escucharon los insultos del hombre gordo.
—¿Quién te cr

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