Capítulo 31
Susana y la persona que estaba a su lado intercambiaron miradas cómplices.
La influencia empresarial de sus familias no podía compararse con la de los Fernández, y deseaban aliarse con ellos, por lo que naturalmente no querían ofender a la heredera de tal linaje.
—Dejadnos a nosotros encargarnos de ello, nos aseguraremos de que quede en ridículo.
Poco después, Leticia terminó de socializar y, con una copa de vino en la mano, se acercó a Isabel.
Justo cuando se colocó a su lado, sintió un empujón fuerte desde atrás, haciendo que tropezara.
—¡Ten cuidado!
Isabel, con reflejos rápidos, la sostuvo, pero el vino de la copa de Leticia se derramó completamente sobre su falda.
La falda naranja se manchó de un rojo oscuro.
Leticia, colocando la copa en el suelo con rapidez, al ver la mancha en la falda de Isabel, frunció el ceño.
Se giró buscando al responsable, y Susana, con una copa en la mano, les miró y dijo :—Lo siento, no pude mantener el equilibrio. ¿Estáis bien?
Su tono y expresión care

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