Capítulo 272

Osirio me miró fijamente y nuestras miradas se cruzaron. Sus ojos azules claros me atraparon y sentí que podía ver a través de mí. Sentía las piernas débiles mientras estaba entre las suyas. La humedad de mis jugos amorosos se filtraba por la entrepierna y empezaba a deslizarse por la cara interna de mis muslos. Rápidamente, apreté las piernas con fuerza mientras mi coño palpitaba de lujuria insatisfecha. Quería que continuara lo que había empezado, pero no parecía que Osirio compartiera mis pensamientos. Me preguntaba qué pasaba y por qué no continuaba con nuestra apasionada sesión. Respiraba con dificultad y la frustración se apoderaba rápidamente de mi mente. Mi cuerpo ansiaba su liberación y ansiaba sentir su gruesa y larga polla dentro de mí. De repente, Osirio apartó la mirada y nuestro contacto visual se rompió. Con naturalidad, sacó su pañuelo y empezó a limpiarse la humedad de mis jugos amorosos de la mano y los dedos antes de tirarlo sobre la cama. —Debería irme ahora —dijo O