Capítulo 293

Mi coño se contrajo con anticipación, como si el clímax previo no fuera suficiente para calmar el fuego del deseo que ardía en lo más profundo de mi ser. Tragué saliva mientras intentaba calmarme y prepararme para su entrada, que obviamente iba a ser contundente y brusca. “Ahhh…” gemí suavemente mientras cerraba los ojos ante la maravillosa sensación. Sus dedos expertos acariciaron mi humedad, y sentí que mi coño se humedecía aún más. Sentía el cuerpo extrasensible por el orgasmo que acababa de tener, y mi coño se estremecía con su toque. Osirio acarició mi entrada lentamente mientras me provocaba un rato antes de que sus dedos comenzaran a abrir los pliegues de mi coño. Gemí deliciosamente al sentir mi parte más femenina abriéndose, y entonces sentí el calor de su gruesa e hinchada polla posicionándose entre los labios de mi vagina. “Osirio…” gemí su nombre mientras mis caderas comenzaron a empujar hacia atrás de manera incitante. Su pene tanteó mi entrada, pero no entró, y la espera