Capítulo 71

Pasaron dos días sin que viera a Osirio. No ha vuelto al ático y la tía tampoco parecía saber adónde se había ido. El ático estaba en silencio y se sentía muy vacío sin Osirio aquí. Pasaba mis días visitando a mi abuela en el hospital como siempre y mis tardes y noches trabajando en mis obras de arte y otros proyectos universitarios. Mis días fueron pacíficos; sin embargo, sentí un pensamiento persistente siempre presente en el fondo de mi mente. Cada vez que estaba libre, como cuando estaba esperando el ascensor, cuando esperaba que hirviera el agua y cuando estaba distraída completamente sola, mi mente vagaba hacia Osirio. Si Osirio no regresa a este ático esta noche, sería su tercera noche consecutiva. Desde que me mudé aquí con él, nunca había estado fuera tanto tiempo. Miré mi teléfono por enésima vez hoy. Nada. No hay llamadas ni mensajes de Osirio. Me preguntaba dónde estaba. “¿Por qué no lo llamas?” Preguntó la tía. ¿Por qué habría de hacer eso? Todo es agradable y pacífico aho