Capítulo 80
El conductor mantuvo una fachada de indiferencia mientras conducía suavemente el Maybach hacia la casa de Marceau.
Después de unos diez minutos de silencio, Anneli comenzó: "Yo... Bueno, no hay ningún problema real con que Harry administre tanto el Venus Bar como nuestra tienda de té con leche".
La risa de Marceau fue baja y breve, tan fugaz que Anneli pensó que tal vez la había imaginado.
Justo cuando estaba a punto de preguntarle qué le divertía, las yemas de sus dedos le rozaron suavemente la barbilla, como si acariciara juguetonamente a un gato.
—Pequeña mentirosa —la bromeó—. Sigue inventando historias.
Anneli, desconcertada por el hecho de que la llamaran mentirosa, dudó varias veces antes de hablar. No encontraba las palabras adecuadas para defenderse.
Marceau habló lentamente. "Visitas el bar Venus al menos tres veces al mes: a principios, mediados y finales de mes. Sin embargo, los clientes habituales apenas te ven allí, lo que sugiere que tienes una habitación privada. Pero e

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