Capítulo 81
¡1,5 millones de dólares!
Ana sonrió satisfecha, sintiéndose muy orgullosa y afortunada por poseer tal cantidad de dinero.
En ese instante, el camarero verificó su tarjeta de miembro y, al confirmar que era una tarjeta diamante, los recibió con gran cortesía e invitó a entrar.
—¡Ah, los que nos despreciaban, ahora sepan que somos miembros diamante!
Ana pensaba con gran satisfacción mientras entraba erguida y con la cabeza alta.
Ser miembros diamante significaba estar solo un nivel por debajo de los miembros más exclusivos.
Una vez adentro, Ana miró a su alrededor. Para ella, los demás clientes, aunque bien vestidos, ya no representaban una amenaza; seguramente no tenían un nivel tan alto como el suyo.
En ese momento, Alejandro salió de uno de los reservados, justo cuando se dirigía al baño, y se encontró con Ana y los demás.
—¿Alejandro?
Laura se sorprendió al verlo: —¿Qué haces aquí?
Al ver a Alejandro, el rostro de Ana se torció de inmediato. Durante la ceremonia de inauguración de l

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